mayo 10, 2024

En 2023 la economía salió a flote gracias a la resiliencia, pero se viene un duro 2024

La administración de Arce acusó a los shocks externos por las dificultades en 2023, los expertos observan que continúa el mal manejo de la economía. Para 2024 el Gobierno apuesta por nuevas plantas industriales y el consumo interno

Raúl Domínguez

Fuente: El Deber

Se cierra la puerta de 2023 con muchos altibajos en materia económica, pero con la posibilidad de encontrar en 2024 un escenario con mejores oportunidades, aunque el panorama político promete ser más complejo.

Para los analistas, durante la gestión que termina, fue destacable la resiliencia de los actores económicos (productores y consumidores). Róger Banegas fue uno de ellos, quien resaltó el comportamiento del sector privado, ya que “no desembocó en una histéresis económica-financiera en relación con lo que podría haber sucedido en un escenario adverso para el país”, consideró.

De acuerdo con Banegas, los sectores que más crecieron en 2023, acorde a la disponibilidad estadística fueron: electricidad, agua y gas, servicios de la administración pública y servicios financieros. De forma contraria, los sectores con contracción económica preliminar son petróleo y gas natural, la industria manufacturera y el sector de minerales.

“A junio de 2023, se observa una variación en la actividad económica del 2%, en contraste con 4,5% para el período similar de 2022, lo cual vislumbra una ralentización de la economía boliviana de forma comparativa”, subrayó Banegas.

Para el economista, Jorge Núñez del Prado, uno de los principales logros de la economía boliviana en 2023, fue mantener un nivel controlado de la inflación y del tipo de cambio, independientemente de los mecanismos utilizados para tales fines. “Otro logro importante es el incremento de la producción de soya logrado por los productores pequeños y medianos de Santa Cruz, pese a las inclemencias del tiempo y el no uso de biotecnología. También son importantes los niveles de exportación de carne, tanto en volumen como en valores. tomando en cuenta el aporte de los principales sectores productivos del país”, sostuvo.

Por su parte, el analista, Alberto Bonadona, indicó que 2023 fue un año que se caracterizó por condiciones de precariedad, donde se vea, en la economía nacional.

“Las principales dificultades de la economía boliviana han sido causadas por la caída de la producción de gas, la falta de dólares y, consecuente, la creación de un dólar paralelo; además de las colas por los carburantes y las limitadas posibilidades productivas para compensar la caída de los dólares. El origen fundamental, de estas dificultades datan del final del gran auge de las materias primas que, para Bolivia se inicia en 2003 y concluye en 2014. Se añadió la pandemia que paralizó el aparato productivo”, indicó.

Al mismo tiempo, Bonadona lamentó que desde esos años hasta ahora se gastaron más de $us 70.000 millones en una variedad de rubros sociales y productivos que, en muchos casos, se vieron acompañadas de flagrantes hechos de corrupción.

Contexto externo

Desde el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP) consideraron que el crecimiento de la economía boliviana se mantuvo estable, registrando una variación positiva del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,2% al segundo trimestre de 2023, pese al contexto internacional desfavorable. “En el ámbito interno, enfrentamos el bloqueo y la paralización de la aprobación de leyes de la Asamblea Legislativa buscando desestabilizar la gestión económica, así como, los bloqueos de las carreteras a escala nacional, que obstaculizaron el transporte de mercadería destinada a las exportaciones, entre otros”, expresó el documento sobre el balance de la economía dirigido a EL DEBER.

Asimismo, el MEFP destacó la estabilidad de precios dado que, pese a las presiones inflacionarias latentes, la tasa de inflación acumulada registrada al mes de noviembre de 2023 fue del 1,5%; “constituyéndose como una de las más bajas de la región y del mundo”, precisó, a tiempo de ponderar el avance del plan de industrialización con sustitución de importaciones, que es la nueva bandera del Gobierno del presidente Luis Arce.

Sin embargo, la entidad estatal remarcó que 2023 fue un año de elevada incertidumbre, aunque acusó a la continuidad de las tensiones geopolíticas que ralentizaron el comercio internacional y generó volatilidad en las cotizaciones de los commodities. Con relación a las exportaciones bolivianas, la cartera económica del Estado admitió que se resintieron los efectos negativos de los bloqueos de carreteras internacionales, especialmente en los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba, pero destacó la solidez del sistema financiero, que a noviembre registró un incremento del ahorro en 3% y un saldo en caja de billetes y monedas extranjeras de $us 362 millones, un crecimiento de 178% respecto a abril.

Proyecciones 2024

Para Bonadona, uno de los problemas que continuará teniendo impacto en la economía boliviana es la falta de una fuente productiva que permita la generación de divisas. “Por esta carencia, las condiciones vividas en 2023 se repetirán en 2024. Esto es, se tendrán largas filas por gasolina y diésel porque el Estado no dispone de un flujo constante de dólares para el pago ininterrumpido de estos carburantes”, indicó.

El analista económico Núñez del Prado puntualizó que en 2024 se deberá establecer una nueva política en el área de los hidrocarburos, que garantice prospección, perforación, producción y comercialización de gas. Así también garantizar la producción agropecuaria, reemplazar la subvención a los hidrocarburos, efectiva lucha contra el contrabando y cambiar todo el sistema impositivo.

“Para salir de la difícil situación económica que nos encontramos todos los sectores (públicos y privados) deberían establecerse un real diálogo entre el Gobierno y los sectores productivos privados; es importante que por encima de los intereses de sectores y del gobierno se trabaje para fortalecer nuestra economía”, dijo.

La presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, Claudia Pacheco, advirtió que el próximo año será de mayor ajuste de los cinturones, porque la economía será más delicada y que, ante cualquier demostración de mal manejo, puede acarrear consecuencias. En este último campo, reconoció que el acercamiento entre el sector público y el sector privado es positivo y la fragilidad podría volverse más estable.

Sin embargo, observó que las peleas internas en el partido en función de Gobierno (MAS) continuará perjudicando la economía, que ya tuvo consecuencias con la falta de aprobación de créditos en la Asamblea Legislativa, “sin pensar en el bien mayor que es el pueblo que es mayoría”, añadió.

Mientras tanto, el MEFP anunció que la política económica del Gobierno se enfocará en mantener el dinamismo económico a partir de la demanda interna, impulsada por la inversión pública y el fomento de las exportaciones. “Para 2024 se tiene programado una inversión pública de $us 4.274 millones, de los cuales 56% serán destinados a proyectos de industrialización para fomentar el sector productivo. Se restablecerán los incentivos tributarios que eximen del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a las importaciones de bienes de capital, medida que se viene aplicando desde 2021”, señaló el ministerio.

Además, se proyecta un crecimiento de 3,7% del PIB y se prevé que todos los sectores, excepto el hidrocarburífero, registrarán tasas de crecimiento positivas. También resaltó “el esfuerzo” que hará el Gobierno para garantizar la subvención a los combustibles y alimentos.

Fuente: El Deber